El orgasmo vaginal: ¿un mito? Una entrevista con Nicole Engel

¿El orgasmo vaginal no es más que un mito? Y, de ser así, ¿por qué seguimos hablando sobre el tema? Durante siglos, se ha especulado mucho sobre cómo puede una mujer lograr un orgasmo únicamente mediante la penetración. Sigmund Freud incluso estigmatizó el orgasmo clitoriano al considerarlo incompleto. ¡Qué disparate! Hemos hablado sobre el mito del orgasmo vaginal con Nicole Engel, psicóloga y experta en relaciones, que nos ha revelado por qué en realidad no es un mito.

La vagina, el placer femenino y, especialmente, el orgasmo vaginal, siguen siendo un tema tabú, ¿por qué?

Como escribe Stokowski en su último libro Untenrum Frei (Desnuda ahí abajo) (2018), nos sigue resultando más fácil hablar de comida que de sexo. Vivimos en un momento en el que el sexo parece estar liberado hasta el más pequeño detalle y tenemos acceso a miles de páginas de información científica y de consejos sobre el tema desde todas las perspectivas. En internet no falta contenido sobre las preferencias sexuales; además, los medios de comunicación no conocen tabús sexuales. No obstante, a las personas aún les resulta difícil hablar sobre los temas más íntimos. Stokowski subraya cómo se pueden manifestar los modelos de conducta sexuales y los sentimientos de vergüenza, cómo nos restringen y por qué deberíamos librarnos de ellos.

Al hablar con muchas mujeres, suelo notar que hay una falta general de conocimiento sobre el placer femenino pero, al mismo tiempo, existe una gran presión relativa al propio rendimiento sexual. Esto incluye ideas exageradas sobre la frecuencia con la que una mujer debería tener ganas de sexo o lo importante que pueden ser determinadas prácticas sexuales. Aquí es donde la vergüenza desempeña un papel importante, porque limita la comunicación abierta sobre los deseos y las preferencias reales de cada persona. Solo unas pocas personas dominamos el arte de comunicarnos abiertamente. Y no lo hemos aprendido de nuestros padres, en la escuela o en una consulta ginecológica. Las anteriores generaciones aprendieron por su cuenta mediante revistas como BRAVO pero las nuevas generaciones aprenden todo lo relacionado con el sexo a través de internet. Por tanto, no es de extrañar que los adolescentes desarrollen muy temprano ideas poco realistas sobre el sexo y estén sometidos a una gran presión por lograr un alto rendimiento. Las revistas femeninas que promueven determinados clichés tampoco ayudan.

Nicole Engel

Las revistas femeninas prefieren ofrecer consejos sobre cómo hacer el mejor sexo oral o describen insólitas posiciones del Kamasutra. A menudo, se centran en la satisfacción masculina. ¿Qué ocurre con el deseo y la satisfacción de una mujer?

No creo que el sexo oral o el Kamasutra satisfagan solamente las necesidades de un hombre. Las mujeres también experimentan una gran excitación durante estos actos sexuales. La simple visión de un pene erecto puede ser muy estimulante. No obstante, para ayudar a las mujeres a llevar una vida sexual plena, se podría modificar el enfoque o la perspectiva de estos artículos. No deberían tratar de mujeres con actitudes sumisas que proporcionan al hombre la sensación de poder. En lugar de sugerir 10 pasos para proporcionar el mejor sexo oral, las revistas podrían escribir sobre 10 recursos que ayudan a las mujeres a disfrutar del placer o sobre aspectos psicológicos y fisiológicos relevantes. Y si una mujer no siente ningún deseo mientras le proporciona sexo oral a un hombre, probablemente no debería hacerlo.

Todas las mujeres deberían establecer una conexión con su clítoris, su vulva y su vagina descubriendo activamente cada una de estas partes de su cuerpo y sensibilizándose.

¿Cómo puede una mujer alcanzar el deseo?

El área genital femenina es fascinante. La clave de una buena sexualidad reside en conocer las funciones del sistema sexual y en comprender el proceso sexual individual y sus conexiones. En otras palabras, existe una conexión entre la fantasía, la lujuria, el movimiento y el deseo que puede variar de una mujer a otra. Y, naturalmente, hay mucho que probar.

Todas las mujeres deberían establecer una conexión con su clítoris, su vulva y su vagina descubriendo activamente cada una de estas partes de su cuerpo y sensibilizándose. Cuanto más sensibilizada esté el área genital, mayores serán las probabilidades de experimentar deseo. El deseo es cuestión de práctica, como muchas otras cosas en la vida, y para alcanzarlo es necesario despertar todos los sensores del área genital y descubrir qué resulta excitante para cada mujer. Esto incluye las áreas exactas del cuerpo, la cantidad de presión aplicada, el ritmo y los movimientos. ¿Qué fantasías disparan la imaginación? ¿Hay un entorno concreto, determinados aromas, música, palabras o cosas que resulten excitantes? ¿Hay cosas que resulten incómodas y reduzcan el nivel de excitación? Todas las respuestas individuales a estas preguntas y la implementación práctica pueden ayudar a las mujeres a encontrar su deseo.

En este punto, me gustaría hacer hincapié en la importancia de las fantasías sexuales, que pueden ser especialmente útiles para experimentar deseo. Sin embargo, muchas mujeres tienen miedo de aceptarlas. No obstante, las fantasías no son realmente un indicador de lo que una mujer quiere experimentar en la vida real y solo en casos inusuales indican un deseo reprimido. Por tanto, recomiendo a todas las mujeres dar rienda suelta a sus fantasías sexuales y, tal vez, incluso decirlas en voz alta o simplemente analizarlas con más detalle. Una mujer es capaz de controlar cómo cambia su propia estimulación cuando sus fantasías cambian. Es un proceso muy excitante.

Y ahora, la pregunta más importante: ¿cómo alcanza una mujer el orgasmo?

A través del clítoris y/o de la vagina.

A menudo se hace una distinción entre los orgasmos clitorianos y vaginales. ¿Crees que tiene sentido?

Claro, porque los dos son posibles y, por tanto, es posible distinguir dónde se encuentra el centro principal de la estimulación para nuestra excitación sexual. Un orgasmo que tiene lugar debido a la estimulación específica del clítoris (no tiene por qué ser la cabeza del clítoris, porque el órgano es más que eso) se considera un orgasmo clitoriano. En este caso, una mujer no alcanza el clímax a través de la penetración, sino mediante la estimulación oral, con la mano o con juguetes sexuales, antes, durante o después del sexo. Así, una mujer puede disfrutar de un sexo estupendo aunque no tenga sensibilidad vaginal. Además, si una mujer ha aprendido a excitarse vaginalmente, su vida sexual puede ser aún más variada. Puede experimentar un orgasmo vaginal, desencadenado por la penetración durante el acto vaginal.

¿Existe realmente el orgasmo vaginal?

Esa es una pregunta muy discutida. El orgasmo vaginal suele producirse debido a la estimulación de la vagina o el clítoris. No obstante, es absolutamente posible alcanzar el clímax únicamente a través de la penetración, es decir, vaginalmente y si sin necesidad de estimular el clítoris. Sin embargo, el clítoris y la vagina están muy cerca desde el punto de vista anatómico. Dado que el clítoris no solo está formado por el glande, sino también por los bulbos y los cuerpos cavernosos, que rodean la entrada de la vagina, también se estimula inevitablemente durante la penetración.

¿Hasta qué punto puede la masturbación ayudar a la satisfacción sexual femenina? ¿La recomiendas?

Alcanzar el clímax durante el sexo es cuestión de práctica. Por ello, merece la pena dedicarse al propio cuerpo intensamente. Todas las partes de nuestro cuerpo cuentan con terminaciones nerviosas que, a su vez, están directamente conectadas con nuestro cerebro. Cuanto más usemos una parte de nuestro cuerpo, más reactivo se vuelve el cerebro, lo que a su vez conduce a sensaciones más intensas. Dado que la vagina está bastante escondida en comparación con el pene, las mujeres se encuentran en desventaja. A menudo, la vagina no se utiliza en la propia historia de sexualización y, por tanto, no se sensibiliza. En el caso de los hombres, este proceso suele ocurrir de forma automática, ya que es más fácil acceder al pene y se toca en muchas situaciones, como al orinar. A través de la masturbación, la vagina se despierta, se entrena y se sensibiliza. Las mujeres pueden descubrir por sí mismas qué las excita, qué aumenta su deseo y cómo pueden alcanzar un orgasmo. Todo este conocimiento puede ser útil en la sexualidad y la comunicación de la pareja.

¿Los orgasmos se pueden aprender?

Sí, por supuesto. El sexo se puede aprender, al igual que el deseo y los orgasmos. Hay muchos libros estupendos, como Coming Soon (Schiftan, 2018) y El libro de la vagina: todo lo que necesitas saber y nunca te has atrevido a preguntar (Brochmann y Stokken Dahl, 2017), así como blogs como Happy Vagina, que educan de forma abierta, están libres de valores moralizantes sobre este fabuloso órgano —la vagina— y no recurren al sensacionalismo. Representan el enfoque sexocorporal, que considera que la sexualidad y, por tanto, los orgasmos, son algo que puede aprenderse. Según este enfoque, lo importante es conectar el cuerpo con la mente. A través de ejercicios específicos, las mujeres pueden aprender a sentir y descubrir sus propios cuerpos y vaginas. Dado que la mente puede bloquear un orgasmo, la ubicación de las sensaciones experimentadas en el cerebro es especialmente importante. Además, los ejercicios sobre el pasado sexual o las fantasías sexuales desempeñan un papel importante. Se trata de descubrir, observar y practicar. Si a una mujer le resulta difícil hacer esto sola, siempre puede buscar la ayuda profesional de alguno de mis compañeros.

La discusión sobre el clímax vaginal y clitoriano tiene una larga tradición. Incluso Sigmund Freud se ocupó del tema. Consideraba que el orgasmo clitoriano autoinducido era inmaduro y propuso que el clímax maduro solo es posible cuando el pene entra en la vagina. Es absurdo, ¿no?

Actualmente, no conozco ningún estudio científico que confirme la hipótesis de Freud. No obstante, como terapeuta conductual, no soy la persona adecuada para hablar del tema. Es posible que mis colegas especializados en la psicología profunda sepan más sobre esto.

¿Hasta qué punto deberían conocer los hombres la anatomía sexual femenina?

Una sexualidad plena debe crearse y desarrollarse. La sexualidad en una pareja necesita un margen de actuación, un espacio en el que ambas partes puedan desafiarse. Por ejemplo, el encuentro entre una vagina y un pene no garantiza que el sexo vaya a ser bueno. Desde el punto de vista biológico, dedicarse únicamente al clítoris o al típico «mete-saca» del pene no excita realmente las células de la vagina si la mujer no las ha entrenado anteriormente. Esto significa que, en primer lugar, la mujer debería descubrirse a sí misma y saber qué le proporciona placer. No obstante, un hombre sensible que sabe lo que hace puede ser un gran apoyo. Los movimientos variados durante el sexo más allá del habitual «mete-saca», la lentitud y la presión pueden estimular de manera excelente las paredes vaginales y dar a ambos miembros de la pareja mucho placer. Por tanto, sí, los hombres deben conocer definitivamente la anatomía femenina. Sin embargo, tampoco es necesario consultar ningún manual para entender cómo se hace: los conocimientos se adquieren mejor cuando una pareja se comunica de forma abierta, siente y explora.

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Autor

Frieda trabajó como periodista autónoma durante 10 años y solía escribir sobre recetas de Semana Santa, iconos de estilo, metabolismo humano y restaurantes Michelin. Resumiendo: sobre todo, excepto sobre sexo. Y tenía una buena razón. Durante todos aquellos años, Frieda siempre había considerado que llevaba una vida sexual típica. El cambio llegó después de una ruptura amorosa, momento en el que decidió dejar la píldora, que llevaba tomando 14 años. Fue entonces, a los 28 años, cuando finalmente descubrió su maravillosa sexualidad y encontró su verdadera, única y hambrienta libido. Desde entonces, no solo practica una nueva sexualidad, sino que también escribe y habla sobre ella. ¡Y hoy se siente más satisfecha que nunca!